martes, 23 de noviembre de 2010

14. Grandes sentimientos;

 Hoy era el último día del instituto, teníamos que ir a buscar nuestras notas y ya habríamos terminado. ¡Por fín comenzaban las vacaciones! Tenía ganas de descansar una temporada, sin preocupaciones. Tenía ganas de estar unas vacaciones, con una persona precisamente perfecta.
   
   Llegué a mi casa después de buscar el boletín, las notas estaban bastante bien, no había suspendido ninguna. Mi tío, se alegró mucho, y gracias a eso, me dejó el finde semana sola.
   -Lenny, gracias por dejarme la casa... No hace falta pero...
   -Pero nada, tienes derecho a estar a tus aires. -dijo con una sonrisa, le abracé... Era estupendo.
   Al cabo de una hora, se fue. ¡Sí, tenía la casa para mí! De repente una macabra idea me vino por la cabeza; Lucas... Cogí mi móvil y telefoneé a Lucas.
  Al cabo de un rato, después de terminar de hablar con Lucas, decidí subir al desván, tenía ganas de tocar el piano. Toqué la canción que Marc había compuesto, me había encantado... Ahora que caía, pensando en Marc... ¡Hoy habíamos quedado...! Me arreglé un poco y esperé a que tocasen la puerta, y en efecto, llegó al cabo de un rato, nos pusimos una peli, Apestados. No parábamos de reír y haciéndole burla a la película.
   -Tío Marc, eres el puto amo. -dije sacándole la lengua.
   -Ha, ha, ha. -rió. -Tú si que eres genial. -dijo dándome un abrazo.
   Paré la película, nos habíamos cansado de verla.
   -¿¡Te cuento un chiste!? -le propuse pensando cada vez más en el chiste.
   -Venga.
   -Esto es Jaimito que se va a un hotel.
   -¿Cómo se va a ir a un hotel si es menor de edad? -dijo haciéndome burla.
   -Con sus padres...
   -Ah, entonces vale.
   -Bueno, pues su padre está en la primera planta, en la segunda está su...
   -¿Y por qué están en habitaciones separadas? -me sacó la lengua.
   -Pues porqué les hará ilusión, o simplemente porqué no querrán estar entre ellos... como son tan pesados. ¡Yo que sé, ahora me has echo pensar!
   Se rió.
   -Vale... Venga, sigue.
   -Bueno, en la segunda esta su madre, en la tercera su abuela y en la cuarta un ELEFANTE muy grande.
   -¡Eso no puede ser! ¿Cómo ha entrado?
   -Tonto...
   -Venga, te dejo seguir con el chiste. -me reí... vale, aunque era pesado, hacía gracia.
   -Bueno eso, que era un elefante... Pues Jaimito va a la primera planta y le dice a su padre: -Papá, papá, ¿qué haces? -Pues leer el periódico. -respondió. -¿Pero eso no es un libro? Le pega una hostia muy fuerte. -Niño, ¡que no me corrijas! -dice enfadado. Sube a la segunda planta enfadado, ve a su madre y le dice: -Mamá, mamá, ¿qué haces? -Pues descansar... -¿Pero no estás viendo la tele? -dice mirando la tele encendida. Le pega una hostia muy fuerte. -Niño, ¡que no me corrijas! -dice enfadada. Pues sube a la tercera planta donde está su abuela que le dice: -Abuela, abuela, ¿que haces? -Pues nada, coser... -responde. -¿Pero no estás leyendo el periódico? Le pega una hostia muy fuerte. -Niño, ¡que no me corrijas! -dice enfadada. Ya enfadado de que le peguen, sube a la cuarta planta donde hay un hipopótamo muy...
   -¿Pero no era un elefante?
   -¡No me corrijas! -dije pegándole en la cabeza, se empezó a reír, fue super divertido.
   -¡Qué cabrona!
   Al cabo de un rato sue fue. Había quedado con Jared, si quería ser su amiga, no tenía que distanciarme... tenía que darle una oportunidad.
   Tocaron a la puerta... Abrí. Rechiné mis dientes pero me aguanté y le dije que pasara, era Jared.
   -Hola...
   -Hola... me alegra que te apetezca hablar conmigo... no sé... Celine, sabes lo que siento y también sabemos que soy un completo idiota y que tú tienes a otro... -normal.-susurró. -Bueno... pero eso, que gracias, enserio, esto es importante para mí, tu amistad... vale. -dijo mirándome con una sonrisa. Pero si quieres que me vaya... me voy.
   Escuchar eso de Jared me partía en dos... tenía miedo, tenía miedo de volverme a enamorar de él, de volver a sentir aquéllo tan fuerte... Simplemente tenía miedo de saber lo que iba a pasar.
   Jared vio que no iba a respondes así que se dio media vuelta, pero no pude resistirme, le cogí del brazo y le tiré para mí.
   -No...
   -¿No qué?
   -No te vayas... quédate.
   -¿Estás segura?
   -Sí...
   Me abrazó, notar su cuerpo contra el mío me hacía cambiar de rumbo... era tan extraño lo que me estaba pasando pero entonces decidí pensar en una cosa; cuando sintiese que todo cambiaba... pensaría en Lucas.
   Nos sentamos y empezamos ha hablar, se me ocurrió contarle el chiste, fue una gran idea.


  -¿Te cuento un chiste? 
  -Vale. -sonrió. 
  -Esto es Jaimito que se va a un hotel. En la primera planta está su madre, en la segunda su padre, en la tercera su abuela y en la cuarta está un elefante muy grande. -asintió. -Pues Jaimito va a la primera planta y le dice a su padre: -Papá, papá, ¿qué haces? -Pues leer el periódico. -respondió. -¿Pero eso no es un libro? Le pega una hostia muy fuerte. -Niño, ¡que no me corrijas! -dice enfadado. Sube a la segunda planta enfadado, ve a su madre y le dice: -Mamá, mamá, ¿qué haces? -Pues descansar... -¿Pero no estás viendo la tele? -dice mirando la tele encendida. Le pega una hostia muy fuerte. -Niño, ¡que no me corrijas! -dice enfadada. Pues sube a la tercera planta donde está su abuela que le dice: -Abuela, abuela, ¿que haces? -Pues nada, coser... -responde. -¿Pero no estás leyendo el periódico? Le pega una hostia muy fuerte. -Niño, ¡que no me corrijas! -dice enfadada. Ya enfadado de que le peguen, sube a la cuarta planta donde hay un hipopótamo muy...
   -¿Pero no era un elefante?
   -¡No me corrijas! -dije pegándole en la cabeza, se empezó a reír, fue super divertido. Se rió y me pegó, le pegué, nos reímos y me volvió a pegar de nuevo, ahora le había dado por pegarme. Pero también por reírnos. 


   -Para, para que duele. -dije. Pero él ni caso, acabé encima suya, nos empezamos a reír, pero él me miró a los ojos. No supe que era pero sentí algo, tuve la necesidad de besarle... Pero entonces, pensé en;

   Lucas.
   Lucas.
   Lucas.
   De repente alguien tocó la puerta, fui a ver quien era. ¡Era increíble! Quizá fue por pensar tanto en él, pero ahora estaba ahí, a través de la puerta. Lucas.
   -Cariño. -dije abriendo la puerta y dándole un beso en los labios. Miré a Jared, miró al suelo y se levantó, se fue a la cocina... Parecía triste, pero me centré en Lucas.
   -¿Quién es? -dijo Lucas... ¡Mierda! Se me había olvidado que él era celoso...
   -No te preocupes, ya se va... -le senté en el sofá y Jared salió en unos instantes, me aproximé a él.
   -Lo siento pero sería mejor que...
   -Lo sé, me voy, además, no quisiera molestar.
   -Adiós. -dijo mirándome a los ojos. Había llorado, yo ya estaba desconcertada.
   -Celine, enserio... ¿quién era?
   -Era... Jared. -dije con tono de culpabilidad, pero sabía que no había echo nada.
   -¿Qué quería?
   -Lucas, no te preocupes, enserio, ¡ha cambiado!
   -Eso crees tú... -dijo él.
   -Confía en mí... -dije acercándome a él intentando parecer convincente...
   -Y lo hago... pero, ponte en mi lugar. Imagínate que viene mi ex de repente y se pone así...
   Lo pensé en unos momentos, vale, estaría nerviosa...
   -Vale, te entiendo, pero, tú confía en mí.
   -Vale...
   Le besé en los labios, pero fui demasiado brusco y se cayó para atrás en el sofá, yo seguía encima suya. Seguimos besándonos. Pero cada vez más intensamente, nos pusimos de rodillas, no supe porqué, pero tuve la necesidad de tocarle la espalda y de repente, se quitó la camiseta. Su cuerpo perfecto estaba ante mí, le mordí el cuello y le besé con intensidad, me apretó fuerte contra él, me intentó quitar la camisa, me dejé. Sus manos fueron a mi sujetador intentó quitármelo, estuvo jugando con el broche mientras yo intentaba no pensar en eso. Pero de repente lo consiguió desabrochar, pensé claramente. Me dejé, nos seguimos besando, todo fue normal, me sentía bien, tranquila. No supe porqué, pero le quité el cinturón, no podía dominarme, le necesitaba... necesitaba tenerle. Le desabroché el pantalón mientras el me ayudaba a quitárselo. Cuando lo conseguí, me desabrochó el mío y... lo hicimos.

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