jueves, 28 de octubre de 2010

9. El mejor cumpleaños.

   Hoy era mi cumpleaños. No tenía ganas de celebrar nada. Laura se había ido con Christian de acampada tres días. Desde el día que Jared estuvo hablando conmigo no había nada que me diera más miedo. Todos los temores que se me esfumaron al largarse, aparecieron cuando él llegó. Volví a llorar por verle. Sabía que todo había cambiado, pero solo imaginarme volver a estar junto a él, me producía pavor. En efecto, Lucas no sabía nada, él le odiaba, era mejor callarse ¿no creéis?
   En medio del silencio, con ganas de llorar, decidí llamar a Lucas, él era el único que podía sacar en mí la sonrisa.
   -¿Lucas? -pregunté a través del teléfono.
   -Un momento cariño, cuenta hasta diez. -dijo entre risas.
   -Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y...
   -Ring. -sonó el timbre de la habitación. Miré a través de la mirilla, ahí estaba él, con una sonrisa en la cara y un paquete en la mano. Abrí la puerta, se abalanzó sobre mí y me besó.
   -Lucas, no tenías porqué comprarme nada. -dije.
   -¿Cómo que no? Además, hoy cumplimos nuestro primer mes, ¿enserio crees que no hacía falta? Este regalo es por tu cumpleaños y el otro, por nuestro mes. -dijo con una sonrisa. No lo pude evitar, le besé acariciándole la nuca y le abracé lo más fuerte posible.
   -Eres genial, de verdad. Lucas. -de repente, una lágrima recorrió mi mejilla. Jared volvió a aparecer por mi mente, solo quise llorar y caer a los brazos de Lucas. En efecto, lo hice.
   -Oh, cariño, ¿qué te pasa? No me asustes. -dijo sorprendido a mi abrazo y mis llantos.
   No tenía pensado contarle nada, pero, la mentira iba a ser peor.. Era mejor que Lucas supiera toda la verdad.
   -Verás... -comencé mientras me quitaba algunas lágrimas. -El otro día, cuando me dejaste en casa, había una persona sentado en las escaleras del orfanato... Era, Jared, quiso hablar conmigo, lo consiguió... Pero, después de que me contara mil escusas, subí, no quería volver a verle... Sé que no debería ni haberle escuchado, pero, tenía tanto miedo que... -empecé a llorar, me apretó fuerte contra su pecho.
   -Cariño... Sé que ese imbécil te ha hecho mucho daño. Pero no temas, te juro que ese chaval no te va a tocar, porqué antes tendrá que pasar por el increíble Lucas. -dijo para hacerme reír, lo consiguió.
   -Lucas, yo solo quiero que tú estés conmigo. -dije abrazándole fuerte contra mí.
   -Cielo, eso no temas, porqué, no me verás irme, nunca. -dijo besándome el pelo.
   -¿Qué lo harás cuando tenga los ojos cerrados? -dije chistosa. Me pegó un golpe suave en el hombro.
   -Nunca. -dijo. Le besé.
   -Ahora toma tu regalo.
   Lo cogí, habían dos bolsas, en una ponía: Nuestro primer mes. Y en la otra: Felicidades cariño. Comencé con la de nuestro primer mes. Quité el papel de regalo. De repente, mi corazón empezó a palpitar. Era el mejor regalo que nadie me había hecho. Era un corcho con nuestras fotos, estaban las fotos de cuando éramos amigos, en la playa, después cuando salimos, había fotos de todo tipo, y en todas sonreía, se notaba que a su lado, todo era posible. Sin pensármelo dos veces, le besé con fuerza.
   -Me alegro que te guste cariño.
   Cogí el otro regalo, dentro había unos pantalones tejanos de color negro, preciosos.
   -Te quiero. -dije lentamente. 
   -Yo también.
   De repente, en mi bolsillo del pantalón, se escucha una música de fondo: Wha- wha- what did she say. Mmmm whatcha say. Mmm that you only meant well?
Antes de que la canción siguiese, lo cogí.
-¿Sí?
-¡Celine! Felicidades cariño. -mi tío.
-Hola Lenny. -dije en un suspiro. Hacía un año que no le veía, le echaba de menos. Él era el tío al que más quería... y al que más lejos tenía.
-¿Que te pasa cariño? Hoy es tu cumpleaños, ¡anímate! -dijo con un tono muy alegre. Que lástima que no comprendiera que yo no era feliz si él no venía tampoco este cumpleaños.
-Es que... no sé si quiero celebrar algo tío. -dije sinceramente. Lucas me miró con cara asesina.
-Pues más te vale que quieras celebrar algo, porqué yo no he venido desde California a Forks para ver a mi sobrina favorita tumbada en la cama. 
De repente, una sonrisa dibujó mi cara. ¿Mi tío había venido? Una energía apareció en mí.
-¿Has venido a Forks? -dije de repente cambiando el tono de voz.
-Pues claro, no pude venir tu cumpleaños pasado... Pero este no me lo pierdo. Además, tengo una gran sorpresa para ti. 
-¡Gracias!  
-Bueno cielo. Cuelgo, en veinte minutos estaré en el orfanato ¿vale?
-Sí, pero, yo estoy con un amigo, ¿te importa que se venga?
-Pues claro que no, cuanta más gente mejor, además, llama a Marc, que seguro que le hará ilusión.
-Vale. Cuidate.
Colgué, de repente, una sonrisa dibujó mi cara, a Lucas también.
-¿Ves como no es tan malo que sea tu cumpleaños? -dijo con una sonrisa.
-Sí... Oye, voy a llamar a Noelia y a Marc, para que se vengan con nosotros, ¿te importa? -dije. Negó con la cabeza. -. Vale, pues me voy a vestir. Espérame aquí.
Cogí los pantalones que me había regalado Lucas, me fui hacía el armario, lo abrí y busqué una camiseta, encontré una de manga corta, con un corazón en medio y una cámara. Cogí mi sudadera negra que tenía escrito: You are forever. Acto seguido pensé en Lucas, sonreí y me fui al baño.
Me vestí en cinco minutos, cogí un momento el móvil y les llamé. Acordamos que vinieran en diez minutos. Cogí el lápiz de ojos y me hice la raya. Me puse las converse y salí.
Lucas me miró con una gran sonrisa.
-Preciosa. -dijo cogiéndome de la mano estirándome hacia el, pegué mi cintura en su cabeza, le miré desde arriba. Sonrió y se levantó, le miré desde abajo, me cogió delicadamente de las mejillas y se inclinó, me besó con dulzura. -Sí, él era el chico que esperaba, Lucas era la persona que deseaba tener después de tanto tiempo. -De repente, alguien tocó el timbre, le besé en la mejilla y fui a abrir. Marc y Noelia estaban ahí, me sonrieron y me dieron un abrazo.
-Felicidades mi niña. -dijo Noelia. Me dio un abrazo.
Miré a Marc.
-Felicidades Celine. -dijo, le abracé a pesar de que él no se lo esperase. Me correspondió el abrazo. Le echaba de menos, Marc era mi mejor amigo y no quería perderle.
Me dieron los regalos. Esperamos cinco minutos y alguien volvió a llamar. Abrí la puerta, mi tío estaba ahí, con una sonrisa. Le abracé fuertemente, él era lo que quería que estuviera conmigo en este día.
-Bueno chicos, ¿nos vamos a una cafetería y os invito a algo? -dijo con una sonrisa mi tío. De repente miró a Lucas.
-A ti no te conozco ¿verdad? -dijo mirándole.
-No... Soy Lucas, nuevo en el instituto. Encantado. -dijo estrechándole la mano.
-Igualmente. -dijo con una sonrisa. Miró a Marc. -. Cómo has crecido, hace tiempo que no nos vemos. Y tú Noelia, al final has vuelto, que alegría.
-Sí. -dijo tímidamente.

Llegamos a la cafetería, nos sentamos en una mesa de afuera. Yo pedí un batido de nata, Marc de chocolate, Noelia de Fresa y Lucas de nata también. Mi tío se pidió un café con leche.
-Bueno, ¿que os contáis? -dijo Lenny.
-Pues no sé, han pasado tantas cosas. -dijo Marc con una sonrisa.
-Yo tengo una cosa que decir... -dijo mi tío. -Bueno, desde el año pasado estuve pidiendo que me enviaran aquí para trabajar... No lo conseguí, pero ya me lo han dado, me han ofrecido un trabajo aquí. Estuve buscando casas y tal, he encontrado una casa muy grande. La he comprado y bueno... he venido a vivir aquí. 
De repente, una lágrima me cayó, la felicidad que sentía era inmensa. Le abracé con fuerza, en efecto, era el mejor.
-Bueno Celine, mi regalo no es material... te lo tienes que pensar muy bien, tienes que saberlo ¿vale? Si dices que no... no te preocupes. -dijo con una sonrisa.
-Dime tío. -dije.
-Pues, tengo el permiso para que vengas a mi casa a vivir. Que te vayas del orfanato... Bueno, mi regalo es si te quieres venir a vivir conmigo. -dijo. 
Me quedé pálida, no me lo esperaba. Sonreí.
-Pues claro que sí. -todos me abrazaron. Sí, este era el mejor cumpleaños de todos.

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