sábado, 30 de octubre de 2010

12. La gran verdad

   Hoy faltaban cinco días para que terminase el instituto, las vacaciones de navidad iban a comenzar. Éstas iban a ser mis navidades, esta vez no estaría sola.
   Me levanté con un poco de sueño, era Lunes, el horario era un poco mierda, pero, iba a ser divertido, nos saltábamos dos horas para decorar cosas de navidad, hay veces que es mejor volver a la infancia.

   Llegué al instituto más temprano de lo habitual, faltaba media hora para que tocara el timbre. Sí, un poco pronto, pero, no era la única, alguien estaba sentado en el banco del fondo de la primera planta. Me acerqué, Marc.
   -¡Marc! -exclamé, me miró sonriente, vino y nos dimos un abrazo.
   -¿Vamos al patio? Será más divertido.
   Asentí.
   Llegamos en unos minutos, estaba desierto, no había nadie. Nos sentamos en un banco que había por ahí y empezamos ha hablar, fue divertido volver a reír con él... Hacía tanto tiempo que no quedábamos a solas como amigos... Le echaba de menos.
   -Marc, ¿tu sabes lo de...? -le pregunté... Necesitaba contarle a alguien lo que había pasado con Jared, tenía miedo y si no me desahogaba, iba a explotar.
   -Lo de... -dijo para que yo continuara.
   -Lo de Jared...
   -Que te...
   -¡NO! -dije intentando no recordar esa imagen.
   -¿Entonces? Celine, Jared se fue lejos, muy lejos... No temas, el no va a volver, y respecto a lo que pasó... Sabes que es un cabrón.
   -Vas equivocado Marc...
   -¿A qué te refieres?
   Se lo conté todo, todos los detalles, lo que sentía, mi miedo... Le costó un poco asumirlo todo de golpe, pero... pudo decir algo.
   -Celine, no tienes que tener miedo del pasado... Tú y yo sabemos muy bien lo que hizo, se pasó... Pero, no te va ha hacer nada, ¿o vas a pasar toda tu vida con miedo siempre que te encuentre o que le veas? -dijo.
   -No... pero es tan... complicado. -expliqué.
   -Lo sé, pero, si tienes miedo, es peor.. Enserio Celine, no pienses en lo que pueda pasar, piensa en que tienes a Lucas... porqué le quieres y él... -hizo una pausa.- te quiere.
   Sonreí. Al cabo de unos minutos sonó el timbre, nos adentramos a la clase.
   La profesora de biología nos dejó su clase para decorar todos los preparativos, iba a ser una gran fiesta. Los profesores tenían pensado reunir a todos los grupos de cuarto de ESO y de batxiller para hacer una fiesta, iba a ser en el gimnasio, pero iba a ser las típicas fiestas que salen en las películas, esas que salen las chicas guapas con fabulosos vestidos y con elegantes parejas de bailes. Sí, así iba a ser la nuestra. Después, una parte la usaríamos para los de cuarto, que tenían que graduarse para pasar a batxiller, todo iba a ser estupendo, estaba claro.
   Llegó la hora del patio, Lucas estaba en el patio, pero Noelia y yo nos fuimos por los pasillos para vender papeletas, cuantas más comprasen, más barato sería todo... Nos compraron ochenta en total, estaba perfecto, habíamos recaudado bastante dinero, así que fuimos al despacho de la directora y le dejamos el dinero. Mientras bajábamos las escaleras, Tania apareció. Tania era la típica pija, que sus amigas le reían las gracias, nunca hacía nada sin su grupito. Le gustaba humillar y reirse de los demás, y sobre todo, de mí, le gustaba ponerme en evidencia, pero hacía un mes que no venía, se había ido de viaje con su família.
   -Hola Celine. -dijo con un tono superior.
   -Mmm... ¿hola? -le vacilé. La intenté esquibar, pero se puso por medio, Noelia, que la odiaba la apartó de un empujón, casi se cayó por la escalera.
   -Eh, tú niñata ¿te he hecho algo a ti? -dijo refiriéndose a Noelia. Ella negó con la cabeza, pero se apartó un poco.
   -Bueno, lo siento... -dijo Noelia entre risas.
   -Así me gusta.. -dijo ella. Noelia y yo nos miramos, lo entendí todo con una mirada.
   -No. -continué yo. No lo siente por el empujón, lo siente por que tengas que tener un pelo tan desastroso.
   -Já, ¿yo? -se burló. -Y el tuyo que es un estropajo -me respondió.
   -Pues por eso lo siento, porqué ahora te parecerás a mí. -y acto seguido le cogí del pelo y se lo despeiné todo, Noelia que tenía una botella de agua, me la lanzó y se la tiré a la cabeza. -Ahora nos parecemos, ¿verdad? -me burlé. Ella se fue a agarrar de mi pelo, pero de repente Lucas apareció y la paró. Como no, él era mi heroe.
   -Quieta señorita, será mejor que se vaya si no quiere tener problemas. -me defendió.
   Tania bufó de rabia y se fue.
   -¡Esto no quedará así! -nos amenazó mientras nos daba esquina.
   -¡Ps ok! -dije poniendo el dedo pulgar hacia arriba como diciendo "bien".
   -Chicas, ¿no os han enseñado que meteros con los demás no está bien? -dijo Lucas.
   -Sí, pero ¡ella empezó! Es una idiota. -bufó Noelia.
   -Ya lo sé, si erá broma. --dijo cogiéndome de la cintura y besándome el pelo. Me di la vuelta buscando sus labios, los besé. Pero Noelia me ladeo el brazo.
   -Chicos, sé que os queréis mucho y todo eso, pero.. vamos a llegar tarde.
   Tenía razón, aunque no me gustó nada que me cortara el royo, pero nos cogimos de la mano y nos fuimos hacia la clase y seguimos con los preparativos.

   Al terminar las clases me fui a casa. Al llegar, mi tío estaba dentro, hablando con alguien en la cocina. Me dirigí, de repente, empecé a temblar y me entraron ganas de llorar, quise huír, salir corriendo, dar media vuelta y desaparecer; Jared estaba con él.
   Cerré los ojos, intentando no pensarlo ni recordarlo, hice creerme que era un sueño y que él no existía. Pero no, todo era real, Jared estaba ahí, hablando con mi tío, reían juntos y yo, quería llorar. Pero recordé lo que me dijo Marc: "Celine, no tienes que tener miedo del pasado... Tú y yo sabemos muy bien lo que hizo, se pasó... Pero, no te va ha hacer nada, ¿o vas a pasar toda tu vida con miedo siempre que te encuentre o que le veas?"
   Así que hice una sonrisa corta y saludé, sí, a los dos.
   -Hola Lenny. -hice una pausa, ¿de verdad tenía que saludarle? Suspiré. -Hola Jared. -dije finalmente, el sonrió.
   -Hola cariño, ¿has visto que sorpresa? Estaba en el centro comercial y me lo he encontrado, le he dicho que venga, no quería... Pero lo conseguí. -dijo con una sonrisa.
   -De verdad, no hacía falta, si tengo muchas cosas que hacer, lo mejor será que me vaya ¿no cree? -dijo Jared. ¿Cómo? ¿Se había negado a venir? ¿Se había negado a verme? Y lo más raro... ¿quería irse ahora que estaba yo?
   De repente, un rayo retumbó la casa y empezó a llover.
   -Tranquilo hombre, quedate en casa, ¿no ves la que está cayendo?
   Era verdad, de repente había empezado a llover y a tronar, era como si querían que él se quedara.
   -Ya... pero bueno, me abrigo y voy para el metro, cojo el tren y en media hora o así estoy en mi casa. -dijo.
   -No, te vas a costipar, yo ahora me tengo que ir ha hacer unas cosas, quedate en casa con Celine y en dos horas o así, cuando vuelva te llevo a tu casa, ¿te parece?
   -Solo si Celine quiere... -dijo él. Me quedé en blanco, no pensé que iba a tener que dar opinión... Pero, de repnete una idea se me pasó por la cabeza.
   -Pues claro, quédate, que hace tiempo que no nos vemos. No hay problema tío, que se quede, cuando vuelvas te lo llevas. -dije mostrando una de mis mejores sonrisas. Jared se quedó confundido, pero sonrío.
   -Pues ya está, luego te vengo a buscar, que tengo prisa, cuidaros chicos. -me dio un beso en la cabeza y se fue. Justo cuando la puerta se cerró, mis ojos se fijaron en Jared, él estaba extraño, distinto, no parecía él... Parecía, el chico que conocí en el campamento, sincero, con una sonrisa espectacular, feliz... Pero, seguro que todo era una máscara.
   -Enserio Celine, si querías decir eso porqué estaba tu tío, ya puedes echarme, si quieres que me vaya me voy ya. -dijo él mirando el suelo.
   -¿Por qué iba a querer que te fueras? Quédate hombre. -hice aciéndome la loca, eso lo dejó aún más confundido.
   -¿Celine, estás bien? -dijo extrañado.
   -Mejor que nunca, ¿por qué lo preguntas?
   -Porqué tú me odias... ¡No lo niegues! ¿Por qué querrías estar en tu casa conmigo?
   -Vale... me has descubierto, si he dicho que sí es porqué no voy a dejar que te vayas de rositas. Joder Jared, te has pasado conmigo, me has utilizado, te has reído de mí, y ahora... ¿decides volver y hablar conmigo? ¿Y sabes lo irónico? ¡Qué yo dejé que te fueras, yo dejé que hicieras lo que te daba la puta gana conmigo, que dejé que me pisaras día sí y día también, que dejé que tú me usarás! -le solté, una lágrima me recorrió la mejilla. Jared miró el suelo. ¡Estaba llorando! ¿Se estaba haciendo la víctima? Por muchas lágrimas que derramase me iba a dar igual, él jugó conmigo, me utilizó... ¡Me usó! ¿Porqué tenía que llorar él si la que había sufrido era yo?
   Demasiadas preguntas en muy poco tiempo, de repente, caí al suelo, fue necesidad...
   -Celine, sé que lo que te voy a decir no va a cambiar nada... Ya que he sido un cabrón... pero, lo único que se me ocurre es... Lo siento, siento haber sido tan cobarde y haber huido, sin darte explicaciones, siento todo lo que te he hecho, siento haber seguido contigo sabiendo que yo iba a cambiar, pero... te quería tanto.
   -Já, que risa, ¿tú me querías? ¡Tú nunca me has querido! Y sí, un lo siento no va ha cambiar nada, ¿crees que puedes venir de rositas y querer hablar conmigo por qué sí? Tú vas muy mal por la vida.
   Se agachó hasta que nuestras miradas se cruzaron, intenté evitarla, pero el me cogió la cara... Decidí mirar a otra dirección.
   -Celine, no me lo hagas más difícil... mírame.
   -Ah vale.. ¿ahora soy yo quién lo hace difícil? ¡Si es que tiene gracia la cosa!
   -No... mira, sé que nunca vas a perdonar lo que hice. Sé que te he hecho daño y he sido un cabrón y también sé que por mucho que yo lo sepa, no cambiará nada, yo... solo quiero que seas feliz y que sepas que por muchas cosas que hayan pasado yo... aún te quiero.
   Se sentó en el sofá y cerró los ojos, por un momento, creí que decía la verdad... Pero, ¿de qué servía ya? Contemplé un momento a Jared, se había tapado los ojos, estaba llorando y yo, no lo pude evitar, empecé a llorar en silencio, intentando que él no se diera cuenta, fue un intento fallido. Me miró como cuando alguien pierde a una persona, esa persona que quieres, y que sabes que no la tendrás. Pero de repente, una pregunta rondó por mi cabeza hueca, y, por mucho que me doliera, tenía que preguntársela.
   -Jared. -logré pronunciar. Me miró con un gesto de esperanza. -¿Por qué lo hiciste? -dije. Fue como si me clavaran un puñal, sentí un dolor en el pecho que no me dejaba respirar, y unas ganas de llorar inmensas.
   -Yo... Bueno, verás. Mi hermano se había metido en las drogas, sí, Nicholas se había vuelto diferente. Él solo veía como vida a las drogas, solo vivía por ellas, yo, que tanto le quería, le impedí eso, pero no me escuchó, quiso creerse el grande, quiso jugar con su vida... Por eso dejaste de verme, tubo un accidente, quedó en coma, yo estaba hundido, destrozado, empecé a beber y a beber, no quería vivir... Y... pasó eso.
   Me quedé helada, Nicholas era el hijo perfecto, siempre hacia lo que le decían, era el gran hijo, era a una de las personas que más apreciaba. Siempre me acordaba de lo mucho que se querían Jared y él, eran como uña y carne. Para Jared él era más que un hermano, más que una persona a la que admiraba... 
   -¿Por qué no me lo constaste? -dije indignada.
   -No tuve el valor Celine, yo solo quería desaparecer, morir. Yo solo quería le quería recuperar y cada vez estaba más lejos. -empezó a llorar. -Y entonces, me acordé que te tenía a ti, me acordé que aun podía ser feliz y... te fallé. Por eso me fui, porqué no quería ver a la persona que más quería con alguien como yo, y... encontramos un lugar para tratar a mi hermano, un lugar lejos de aquí, y por eso, huí. 
   -Jared, mis padres murieron, y por eso, no me metí en las drogas. Jared, yo perdí a las personas que más quería, me fui a un orfanato, te perdí a ti, me quedé sola, totalmente sola ¿y sabes que hice?
   -No...
   -Seguí adelante, odié cada día que pasaba y no os tenía, los odié a muerte, pero, los seguí, sabía que era duro pero... No podía hacer nada... 
   -Celine, por eso me enamoré de ti, porqué eres fuerte, luchas por lo que quieres y no te rindes, eres capaz de soportar una tormenta, eres la luz de mi vida, por eso regresé porqué me di cuenta. 
   De repente, fue como si mi corazón se rompiera en mil pedazos, escuchar eso de Jared me mataba, ¿por qué tenía que saberlo todo ahora?
   -Jared, yo... tengo novio. -dije mirando el suelo, como si fuera algo malo.
   -Lo sé... y no te pido que le dejes, solo que... comprendas el porqué, nunca te lo expliqué... Necesitaba contártelo, necesitaba que lo supieras y... lo siento de nuevo. 
   Me quedé helada, Jared tenía ojos sinceros, no mentía, le conocía perfectamente... De repente, me entraron ganas de abrazarle, no las evité, le abracé y le acaricié el pelo, cómo cuando un niño pequeño pierde a su madre.
   -Jared, yo... nunca olvidaré lo que hemos vivido, ni tampoco olvidaré lo que me has hecho pero... del pasado se aprende, y no puedo castigarte más, porqué no soy así. Sé que no debería pero quiero... y, sí, te... -hice una pausa, ¿lo iba a decir? -te perdono. 

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